Salir al exterior para comercializar los productos es una meta que toda empresa quiere alcanzar. Es incuestionable que las empresas ya no se conforman solamente con el mercado local. La principal finalidad que persiguen las empresas ante la apertura al exterior es el aumento de las ventas y el reconocimiento internacional de la marca.
Cuando una empresa quiere exportar no solo se debe centrar en los beneficios que puede llegar a conseguir, sino que también debe tener en cuenta los posibles riesgos asociados a esta expansión. Con todo esto, a continuación, queremos descubriros las razones por las que las empresas no se conforman con el mercado local y deciden abrirse mercado en otros países.
Razones por las que debes salir al exterior para comercializar
- Hacer crecer la empresa y conseguir mejores resultados económicos. Cuando una empresa consideras que el mercado local o nacional se ha quedado pequeño, es el momento de plantearse la ampliación de las redes comerciales a otros países. El crecimiento y la confianza en el negocio, permite que la apuesta por la internacionalización sea positiva y efectiva.
- Crear sinergias internacionales. En el proceso de expansión de la empresa al exterior se crean acuerdos con nuevos proveedores. Las relaciones con estos proveedores locales permiten mejorar las condiciones en materias primas y así poder competir mejor en el exterior. Además, los pactos comerciales darán lugar a nuevas alianzas de colaboración.
- Minimizar el riesgo de cierre de la empresa por falta de mercado. Depender de un solo mercado es muy arriesgado. Internacionalizar una marca permite aumentar las posibilidades de sobrevivir, ya que compensa las carencias de un mercado con las fortalezas de otro. El proyecto internacional es más competente y fuerte ante escenarios económicos adversos.
- Dar visibilidad internacional a la marca corporativa. El objetivo de la internacionalización no es solo el deseo de aumentar las ventas, sino también, el de ofrecer nuevos puestos de trabajo. La exportación de una empresa permite un mayor crecimiento empresarial y, consecuentemente, un aumento de empleados.
- Generar confianza al público objetivo. La presencia exterior de la marca permite reforzar el valor de la empresa en el mercado local porque expandirse significa mejorar. Este hecho transmite confianza al cliente de siempre.
- Salir de la zona de confort. Muchas empresas se suelen estancar en una zona de comodidad porque les resulta segura y conocida. Sin embargo, el proceso de internacionalización tiene los siguientes alicientes: el aprendizaje constante, la búsqueda de nuevos objetivos y el trabajo en equipo. La exportación es la consecuencia lógica y natural del éxito de la empresa en el mercado local.
- Valorar y ofrecer precios más competitivos. La economía a gran escala minimiza el presupuesto necesario para la cadena de producción. Es por este motivo que las grandes compañías tienen una mayor capacidad de ofrecer precios más atractivos para diferenciarse de la competencia.