En el artículo “Camiones sin conductor, ¿una posibilidad real de futuro” hablábamos de los avances en la tecnología del sector automovilístico y también de la innovación de los últimos años que ha permitido desarrollar camiones totalmente autónomos. Todavía son pocos los que han salido a la carretera y se trata de una tecnología que debe evolucionar y mejorar, eso sí, todo indica que el futuro de la conducción autónoma pasará primero por los sectores profesionales: uno de ellos es el de las minas. Os hablamos de los proyectos que ya han comenzado a materializarse.
¿Por qué comenzar en los sectores especializados?
El desarrollo de esta tecnología en ámbitos profesionales permite que los vehículos desarrollen recorridos controlados y estipulados, repetitivos y que siempre son iguales: El escenario perfecto para desarrollar esta tecnología. El ámbito privado significa improvisación, recorridos aleatorios, etc.
La marca de vehículos Volvo ya ha realizado varias pruebas con camiones en dos ámbitos:
- Recogida de caña de azúcar. Los GPS de los camiones trazan la mejor ruta para cargar y descargar el alimento para evitar otro tipo de maniobras afecten a la cosecha.
- Recogida de basura. Los camiones autónomos permitirán solucionar problemas de movilidad en las ciudades. Menos contaminación, ruido y tráfico al realizar estas tareas por la noche.
Pero desde la conocida marca de automoción quieren pasar a la acción, dejar las pruebas atrás y han firmado un acuerdo comercial con una compañía noruega para que camiones autónomos transporten piedra caliza de una mina.
Bronnov Kalk AS es la empresa productora de carbonato de calcio que ha contratado los servicios de transporte de Volvo (en vez de comprar sus camiones como hacía hasta ahora). Utilizará 6 vehículos sin conductor que realizarán rutas cortas de apenas 5 km entre el punto de producción y el del alojamiento del material (donde se tritura y se vierte en un barco para su traslado). Una amalgama de túneles que deberán sortear para no perder la carga, algo que es posible gracias a los sensores que están instalados en los camiones y que les permite moverse de manera autónoma por la mina.