El comercio electrónico sigue buscando fórmulas para mejorar la distribución de productos. Una de ellas, cada vez más utilizada, es el dropshipping, pero ¿qué es? ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas?
Qué es el dropshipping
Es un método que permite que las empresas que venden sus productos no necesiten tenerlos en su almacén. Es decir, cuando un cliente compra un producto en la tienda online, la tienda lo adquiere a un tercero. Posteriormente, lo envía sin que tenga que pasar por las instalaciones de la tienda vendedora.
Lo que hacen las tiendas online, en este caso, es alcanzar acuerdos con un mayorista para vender sus productos.
Cómo funciona el dropshipping
Cuando un cliente compra el producto en la web, las dos partes reciben una notificación. El proveedor envía el producto al cliente, mientras que la tienda en Internet recibe la información y su pertinente comisión. En estas operaciones, el cliente, por supuesto, no sabe que le está comprando el producto a un intermediario. Es más, el producto llega siempre a nombre de la tienda.
En este tipo de ventas, la tienda se acostumbra a llevar una comisión por producto vendido. Mientras, el dropshipper, que es el con el nombre con el que se conoce al intermediario, vende productos en la red sin necesidad de posicionar o gestionar una tienda. Ambas partes salen ganando, aunque, como en todo, existen desventajas.
Ventajas y desventajas del dropshopping
Una de las principales ventajas es que el vendedor no necesita tener almacén ni tampoco tienda física. Esto implica que se requiera menos capital tanto para lanzar como para mantener el negocio. Ello implica que el lanzamiento sea más fácil, puesto que no hay que comprar productos físicos. .
Otros beneficios es que se puede disponer de una amplia gama de producto y podrá estar en cualquier parte del mundo, lo que hará la escalabilidad más fácil.
No obstante, también existen desventajas. La más importante es que, lógicamente, los beneficios serán bajos y más en un entorno tan competitivo. En cuanto a los envíos, pueda suceder que si el cliente quiere tres productos, los reciba de diferentes proveedores. Por lo tanto, los costes del envío serán elevados y el cliente no los recibe a la vez.
El control del inventario también forma parte las desventajas. Cuando existe stock en el almacén, el control de productos es fácil. Pero sin tener el producto en tienda física, no se puede asegurar al cliente la existencia de stock. Por otra parte, también hay que tener en cuenta que las incidencias son mucho más complicadas de resolver que si tienes el producto en tu tienda..