Pautas para cargar un contenedor reefer

Un contenedor reefer es un tipo de contenedor de carga utilizado para transportar mercancías que requieren un ambiente controlado de temperatura, como alimentos frescos o congelados, productos farmacéuticos, flores y otros bienes perecederos. La palabra «reefer» proviene del término «refrigerated» en inglés, que significa «refrigerado». Los contenedores reefer tienen un sistema de refrigeración incorporado que permite mantener una temperatura constante y controlada en el interior del contenedor durante el transporte. También pueden contar con sistemas de ventilación y control de humedad para asegurar que los productos lleguen en óptimas condiciones a su destino. Los contenedores reefer están disponibles en diferentes tamaños y se utilizan ampliamente en el comercio internacional para el transporte de productos perecederos.

¿Qué debemos tener en cuenta para cargar un contenedor reefer?

A continuación, se presentan algunas pautas importantes a tener en cuenta al cargar un contenedor reefer:

  1. Verificar las condiciones del contenedor: Antes de cargar el contenedor reefer, es importante verificar las condiciones del mismo, como la temperatura, el estado de la unidad de refrigeración, la limpieza, la ventilación y la humedad.
  2. Cargar de manera eficiente: La carga debe colocarse de manera eficiente y equilibrada dentro del contenedor, teniendo en cuenta la capacidad y la distribución de peso permitidas. Se recomienda apilar la carga de manera uniforme y evitar espacios vacíos que puedan afectar la circulación del aire frío.
  3. Proteger la carga: Se deben tomar medidas para proteger la carga de daños durante el transporte, como el uso de materiales de embalaje adecuados, amarres y separadores.
  4. Establecer la temperatura correcta: Antes de cerrar el contenedor, es importante asegurarse de que la temperatura esté establecida a la adecuada según las especificaciones del producto y de la ruta de transporte.
  5. Verificar el funcionamiento: Es importante verificar que la unidad de refrigeración esté funcionando correctamente antes de enviar el contenedor. También se recomienda realizar controles periódicos de la temperatura durante el transporte.
  6. Prepararse para la llegada: El destinatario debe estar preparado para recibir la carga refrigerada y asegurarse de que la temperatura adecuada se mantenga durante la descarga y el almacenamiento.

Es importante seguir estas pautas para garantizar que la carga perecedera se transporte y almacene adecuadamente, minimizando el riesgo de pérdida de calidad o daños en la mercancía.

 

 

Tipos de transporte marítimo de mercancías

El transporte marítimo sigue siendo en la actualidad uno de los sectores más importantes del transporte. Por su versatilidad y flexiblidad, el transporte marítimo permite enviar diferentes tipos de mercancías en función de los puertos de salida y llegada, los barcos, etcétera. Es una alternativa ideal para realizar cualquier tipo de transporte internacional.

Modalidades de transporte marítimo de mercancías

Existen, básicamente, dos grandes modalidades dentro de este transporte. La primera es el transporte marítimo de mercancía en régimen de fletamentos. En éste todo el buque está dedicado al transporte; navega cargado de contenedores. Este tipo de transporte es ideal para el tráfico de grandes volúmenes de mercancías, como productos industriales o líquidos. A la hora de realizar la contratación para este tipo de transporte existen tres opciones básicas: a casco desnudo (alquilando el barco por completo), por viaje o por tiempo.

La segunda opción existente es realizar el transporte marítimo en línea regular. En este caso la nave está perfectamente adecuada para cargas más pequeñas que la anterior, pero con la ventaja de poder abaratar costes.

La elección por una u otra modalidad se basa, sobre todo, en aspectos prácticos relacionados a y volumen con la naturaleza de la carga. Hay que pensar que los mayores buques contenedores disponen de una capacidad de 165.000 toneladas de peso muerto, lo que da buena cuenta del enorme volumen de negocio necesario para utilizar uno de esos barcos en régimen de fletamentos. También, por extensión, da buena cuenta de la importancia económica que el transporte marítimo tiene, como ha tenido ya históricamente, en nuestra sociedad, hasta el punto de haberse creado las llamadas autopistas del mar.

Cómo empaquetar la mercancía para el transporte marítimo

El transporte marítimo de mercancías es una de las modalidades de transporte en las que al empaquetado tiene mayor importancia ya que, lamentablemente, no es extraño, a pesar de que cada vez menos habitual, que haya incidencias como contenedores perdidos en el mar. En este artículo se abordan varios consejos para empaquetar correctamente la carga que viaja en este medio de transporte.

Consejos para empaquetar la mercancía para el transporte marítimo

Las condiciones del mar hacen que preparar las cargas para el embarque sea fundamental para que lleguen a destino en perfecto estado. Las circunstancias que hay que tener en cuenta para ello son:

  • Movimientos repentinos y bruscos. El vaivén del mar puede desestabilizar la carga e incluso hacer que caiga en caso de no estar bien fijados.
  • Humedad ambiental. El contacto con la brisa marina puede acelerar el proceso de corrosión de la carga en caso de estar descubierta.
  • Temperaturas extremas. El mar es propenso a sufrir variaciones extremas de temperatura entre la noche y el día.

Hoy en día, se han diseñado numerosas técnicas de protección que permiten aislar la mercancía de las condiciones adversas propias del medio. Por ello, es fundamental contar con un sistema de empaquetado estandarizado que se adapta a las circunstancias.

Cómo proteger la mercancía para el transporte marítimo

Es indispensable mantener los productos dentro de contenedores especiales a tales efectos. Estos contenedores incorporan todas las normas ISO que garantizan su calidad y son extremadamente resistentes. Sirven para proteger la mercancía durante el transporte, pero también en otra momento de suma importancia; la carga y descarga.

Para hacer frente a los cambios de temperatura y clima, hay que emplear aislantes isotérmicos. Se trata de un tejido robusto fabricado con materiales aislantes que mantiene la carga en las condiciones ambientales óptimas. Además, es importante usar un embalaje de aluminio VCI para prevenir la corrosión.

En lo que se refiere al transporte de líquidos o productos en grano o polvo, se recomienda apostar por contenedores antisépticos. Es indispensable para evitar la proliferación de moho o bacterias por el contacto con otros materiales. Esto cobra una importancia suprema cuando la mercancía destinada al consumo humano.

En último lugar, la fijación es primordial para asegurar correctamente la carga. Las cinchas de amarre, los cables de acero o los air bags juegan un papel fundamental en este sentido. Su objetivo es evitar que la mercancía caiga al mar, pero también que se precipite hacia la propia embarcación y se lastime.

Qué es el TEU y cuándo empezó a usarse

Cuando entramos en el ámbito de las importaciones y las exportaciones en el transporte marítimos unas siglas que debemos tener muy presentes es TEU. Son las sigas de Twenty-foot Equivalent Unit (unidad que equivale a 20 pies). ¿Quieres saber más? Sigue leyendo.

¿Qué es el TEU?

Estas siglas representan la unidad de medida de capacidad del transporte marítimo referida en contenedores de carga. Dicho de otra manera, una TEU es la capacidad de carga que tiene un contenedor estándar de 20 pies. Estos contenedores actualmente no solo se usan en el transporte marítimo. Están presentes en todo tipo de transporte por mercancías.

Las medidas concretas y exactas del contenedor al que se refiere una TEU son 20 pies de largo por 8 pies de ancho y 8 pies y medio de altura. Esto supone un volumen exterior de 38,51 metros cúbicos. Asimismo, también es importante destacar que su peso máximo de 21.600 kilogramos sin tara y su capacidad máxima de 33 metros cúbicos. En lo que se refiere a la altura de estas cajas metálicas, la más habitual de estas es de 8 pies y 6 pulgadas o, si lo traducimos a metros, 2,59.

En este punto es importante destacar que también existe el FEU. Ésta es una variante del TEU que equivale al doble de ésta; es decir, 40 pies.

Importancia del TEU en comercio internacional y el transporte marítimo

Tal como hemos apuntado, el TEU es una unidad de medida esencial en el comercio internacional, especialmente en las importaciones y exportaciones que se hacen vía transporte marítimo. Además, esta medida se usa para definir la capacidad y tamaño de las embarcaciones. De hecho, los barcos se categorizan en TEU. E, incluso, esta unidad es la medida de cálculo de la actividad portuaria.

Breve historia del TEU

Malcom McLean, el propietario de una empresa de transporte a principios del siglo XX, va muy ligado al origen de esta unidad de medida.  Este empresario se dio cuenta de que tenía que agilizar los procesos de carga y descarga y con este objetivo creó contenedores estándar.

Una de las virtudes de estos contenedores es que se podían usar en todo tipo de transportes, sin tener la necesidad de tener que vaciar su contenido. Una vez los creó, se hizo con un barco y lo adaptó para poder llevar 58 contenedores de los que había creado. El primer viaje de este barco, que se llamó Ideal X, se realizó el año 1956 entre New Jersey y Houston, y fue muy significativo en el mundo del transporte marítimo.

El transporte marítimo contamina 500 veces más que el terrestre

Sí, así es, a los barcos se les permite contaminar mucho más que los vehículos de transporte terrestre. Actualmente la Organización Marítima Internacional (OMI) establece el límite máximo de contenido de azufre en los combustibles usados para transporte marítimo en 5.000 ppm. Esto se tiene que contraponer a los 10 ppm que la Unión Europea permite para el transporte por carretera.

Antes de 1 de enero de 2020 la contaminación de los barcos era 3.500 veces mayor que la del transporte marítimo. Teniendo en cuenta estos datos, Eldiario.es publicaba, citando un estudio de The Guardian, que hace unos años 15 de los barcos más grandes del mundo contaminaban más de 760 millones de automóviles. Es decir, solo uno de ellos puede emitir la misma contaminación que 50 millones de coches.

Este gran índice de contaminación se debe a que los grandes buques oceánicos acostumbran a usar para su propulsión fósiles muy sucios que contienen gran cantidad de azufre, cenizas, metales pesados y otros tipos de residuos tóxicos. Esto hace que en su combustión además de CO2, emitan niveles elevados de óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno y material particulado. O, lo que es lo mismo, materias altamente contaminantes y peligrosas para la salud.

Muchas veces se presta menos atención a la contaminación producida por este tipo de transporte porque sucede en alta mar y pensamos que nos queda lejos. Pero las zonas costeras y las ciudades portuarias el tráfico marítimo es una fuente importante de contaminación y un peligro potencial para la salud pública y el medio ambiente.  En este sentido, la Comisión Europea, basándose en diferentes estudios, estima que las emisiones contaminantes de los barcos causan cada año en la Unión Europea 50.000 muertes prematuras y 60.000 millones de gasto sanitario.

En el caso de Estado español, los datos emitidos por el Gobierno de España en 2016 estipulaban que un 40% las emisiones de los óxidos de nitrógeno, un 44% de los óxidos de azufre y el 22% de las partículas finas provenían del tráfico marítimo internacional.

Si no se toman medidas, el creciente tráfico marítimo tanto de personas como de mercancías conllevará un aumento de la contaminación que contrarrestará los importantes avances que se han conseguido para disminuir la contaminación atmosférica proveniente de los vehículos terrestres.

El cambio climático y el transporte marítimo  

El transporte marítimo es un sector clave para el desarrollo del comercio internacional, sin embargo, se trata de una de las opciones más contaminantes. Las agendas políticas de los grandes líderes mundiales contemplan programas para ponerle freno al cambio climático que podría llevar al planeta a un colapso. ¿Cómo aunar ambas cosas? ¿Ambas necesidades? Las nuevas tecnologías ya se han puesto al servicio de la industria del transporte para que las emisiones de Co2 se reduzcan, los buques de carga puedan seguir trabajando, la economía no se resienta y el planeta esté más limpio.

 

La reducción de las emisiones contaminantes en el transporte marítimo

 

El objetivo es alcanzar el año 2050 las emisiones cero en todo el planeta. Una meta nada fácil teniendo en cuenta que el transporte marítimo es el responsable de alrededor del 2% de las emisiones mundiales con 800 millones de toneladas al año. Eso significa que un solo barco contamina como 50 millones de automóviles.

 

Los expertos apuestan por la utilización de energía renovables para el funcionamiento de este tipo de transportes para que se pueda seguir desarrollando su actividad, al mismo ritmo, pero sin contaminar.

 

Un cambio que deberá llevarse a cabo poco a poco, en las progresivas renovaciones de las flotas de las empresas responsables de este tipo de buques que transportan mercancías.

 

El impacto medio ambiental del transporte marítimo

 

Cuando hablamos de impacto medioambiental solemos pensar en el combustible contaminante que produce las emisiones de los barcos. En realidad, el combustible es solo una parte de las emisiones contaminante de los buques de carga.

 

  • Aguas residuales. Su vertido al mar provoca un conflicto con los ecosistemas marinos.
  • Descarga de agua de sentina. Se trata de los líquidos que se drenan desde los espacios interiores y cubiertas superiores (incluida sala de máquinas, líquido que se expulsa al mar).
  • Las incrustaciones. Es normal que se adhieran a las paredes del casco organismos, algas y otras especies que hacen que el buque se mueva con más dificultad y se necesite más combustible.
  • Los vertidos de mercancías. El más contaminante y preocupante es el de petróleo.

¿Qué es un roll-over en transporte marítimo?  

Cuando hablamos de transporte, generalmente los usuarios piensan en trayectos terrestres, no tanto en barcos y aviones. Por eso algunos conceptos de, en este caso, el transporte por vía marítima, son desconocidos para el público en general. Uno de los términos más importantes para el transporte de mercancías en barco es el roll-over, algo que su término en inglés ya nos hace sospechar que se trata de algo un tanto negativo. Te explicamos qué significa.

 

¿Qué es un roll-over?

 

El roll-over significa que tu mercancía ha pasado a una situación en la que su entrega su entrega en la fecha acordada se verá comprometida. ¿Por qué? Es muy sencillo, no viajará a bordo del buque en el que se había previsto su transporte a pesar de que se haya reservado y todo esté en orden.

 

Es algo que preocupa y mucho, tanto a exportadores como importadores, ya que si las mercancías son productos perecederos o sensibles pueden acabar echándose a perder. Aunque es algo, que no siempre se puede controlar.

 

Los motivos que pueden crear un roll-over

 

  • Sí, algo parecido a lo que ocurre con los aviones. Con la diferencia de que si te quedas en tierra no te pagan más…
  • Problemas con el tonelaje del barco (exceso de peso).
  • Fallos mecánicos.
  • Saturación burocrática en las aduanas.
  • Errores y otras problemáticas relacionadas con la documentación del envío.

 

Consejos para anticiparse a un roll-over

 

La mayoría de las veces que tu carga sufra un roll-over no depende de ti y es imposible adelantarse a los acontecimientos, pero sí se pueden tomar algunas medidas de precaución para evitarlo al máximo.

 

  • Organizar el envío de la mercancía con la suficiente antelación.
  • Apostar por los servicios de un agente de carga que además de proponer varios presupuestos con diferentes navieras, en el caso de quedarte “colgado” con la mercancía podrá dar pasos de forma ágil para embarcarla en otra nave.
  • Elegir los trayectos directos como primera opción, evitando las escalas.
  • Evitar el embarque en temporada alta porque el espacio a bordo es siempre muy limitado.

El biogás, el nuevo combustible ecológico  

Las alternativas para el transporte respetuosas con el medio ambiente son cada vez más y ofrecen mejores soluciones. En este artículo ya hablamos sobre el biodiesel y en este otro sobre gas natural. Ahora nos centramos en el biogás, un nuevo combustible ecológico.

 

¿Qué es el biogas?

 

El término correcto es biogás licuado neutro (LBG) que no incluye ningún tipo de combustible fósil. Se trata de una de las fuentes de energía alternativas más utilizadas para la producción de energía renovable y es el resultado de la descomposición en la ausencia de oxígeno de varias sustancias orgánicas de gran cantidad de bacterias, algo que los expertos denominan “digestión anaerobia”. El biogás se puede convertir en electricidad y calor.

El biogás como combustible ecológico

Como decíamos, el biogás es una fuente de energía y se convierte en electricidad y calor, pero también en combustible en vehículos eléctricos. La compañía de viajes de exploración Hurtigruten ya ha anunciado que navegará con biogás licuado neutro (LBG) sin combustibles fósiles.

 

De esta manera se abastecerá a los buques de energía eléctrica con combustible fabricado con residuos orgánicos, una fuente de energía limpia y está considerada como el combustible más ecológico disponible en la actualidad. Ya se utiliza en otros sectores de transporte como son los autobuses.

 

En el caso de la naviera Hurtigruten, quiere reemplazar sus motores convencionales por motores de gas y baterías de gran tamaño. Un objetivo que se fijan desde la compañía para el año 2021 en 6 de los barcos de su flota. De esta manera funcionarán combinando la energía eléctrica, gas natural (GNL) y biogás (LBG).

 

Desde la Agencia Internacional de la Energía explican que el biogás que procede de residuos es un 179% renovable y en concreto, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) explica que como el metano tiene un potencial de calentamiento global 21 veces superior al CO2, el aprovechamiento contribuye a reducir emisiones de gases de efecto invernadero.

El gas natural, la alternativa para el transporte marítimo y terrestre  

 

El cambio climático ha provocado que la mayoría de empresas de transporte marítimo busquen alternativas al combustible actual, el diésel, que contamina los mares y afecta al equilibrio de los ecosistemas. Las nuevas tecnologías han ayudado a conseguir otras formas de carburantes. En este artículo ya hablamos sobre el biodiesel, ahora nos centramos en el gas natural.

 

El gas natural como alternativa al diésel en el transporte marítimo y terrestre

 

Se trata de un combustible que no contamina y permitiría una transición hacia una movilidad más limpia, en cuanto a emisiones de co2 se refiere. Los fabricantes son también cada vez más propensos a apostar por este tipo de vehículos, no solo barcos, también los coches pueden ir a gas.

 

Los últimos datos que publicó la DGT hablan de casi 6.000 matriculaciones de vehículos a gas en España durante el año 2018, algo que representa un crecimiento del 146% respecto a los años anteriores.

 

  • 508 camiones propulsados por Gas Natural Licuado (GNL).
  • 96 camiones de Gas Natural Comprimido (GNC).
  • 936 furgonetas de GNC.

 

En total, más de 14.000 vehículos funcionaban con GNL, un incremento del 68% respecto a 2017.

 

En cuanto al transporte marítimo, se han incrementado los proyectos puestos en marcha con el GNL que cumple con los nuevos límites de azufre que ha establecido la Organización Marítima Internacional.

 

  • 143 embarcaciones en 2018 propulsadas con GNL.

 

Las desventajas del uso de gas natural

 

Aunque los expertos apuntan al gas natural como una de las alternativas al transporte terrestre y marítimo, ha nacido un movimiento, denominado “Gas NO es la solución” que apuesta por otras energías más limpias. Una red integrada por asociaciones ecologistas como Greenpeace. Aseguran que el gas natural sería “parte del problema y no de la solución” porque la combustión de hidrocarburos es la causa principal del cambio climático global. De todas maneras, por el momento la mejor alternativa al diésel y sus emisiones es el gas natural.

 

 

 

Bio-Fuel Oil, el biocombustible marino que no emite sulfuros  

El 1 de enero de 2020 es una fecha clave para el sector del transporte marítimo, ya que a partir de ese día el límite mundial de contenido de azufre en el fuel que se utiliza en los barcos de carga estará limitado al 0’50%. Las políticas restrictivas con las emisiones contaminantes buscan disminuir el efecto invernadero y frenar el cambio climático, por eso las nuevas tecnologías se han aliado con los ecologistas y cada vez más nacen iniciativas para conseguir alternativas a los métodos contaminantes actuales. Proyectos como el Bio-Fuel Oil, te contamos en qué consiste.

 

Un nuevo biocombustible marino: Bio-Fuel Oil sin sulfuros

 

La empresa GoodFuels Marine ha desarrollado un nuevo combustible con niveles muy bajos de emisiones de dióxodo de carbono y de óxidos de azufre. Un fuel que permitirá adaptarse a la nueva normativa de la OMI (Organización Marítima Internacional) que fijará a partir del año que viene un máximo de 0’50% de azufre.

Desde GoodFuels ya han realizado pruebas de este nuevo biocombustible marino y se ha resuelto que las emisiones están próximas a cero, se trata por lo tanto de una alternativa el combustible tradicional respetuosa con el medio ambiente.

Esta empresa ha conseguido idear este nuevo biocombustible marino tras tres años de investigación y lo más importante es que no hay necesidad de modificar los motores de los buques.

Entre las pruebas que se realizaron esta registrada una ruta del buque Nord Highlander que zarpó de Amsterdam y pasó por Rotterdam y Amberes utilizando el Bio-Fuel Oil. Otros buques lo han utilizado y se han compensado completamente las emisiones de dióxido de carbono de su carga.

En este vídeo explicativo desde GoodFuels explican cómo se realizó el programa de prueba del nuevo biocombustible marino que han ideado.

Se espera que el Bio-Fuel Oil sin sulfuros sea la solución a la nueva normativa de la OMI que entrará en funcionamiento el 1 de enero de 2020.